Comer con los Sentidos

Hace años que soñaba con tener mi propia web y en ella compartir mis pensares, dudas y deseos acerca de la nutrición como filosofía de vida. Tal como hago en mi Instagram (@sano.fresco.vivo_nutricion), me animo a vincular la nutrición con la poesía, ya que «esto también es nutrir». No solamente lo que llevamos a nuestra boca nos nutre. El proceso entero nos define, beneficia y condiciona.

– Todo comienza con la visión (aunque podría ser primero el olfato, depende del potencial olfativo de cada persona y de la intensidad del aroma). Los colores generan diferentes reacciones instintivas (también reacciona nuestro ojo “domesticado”). Tenemos cierta aprehensión con el azul, pues está vinculado a lo que “distorsiona o intoxica”. El verde es el color con el que más nos identificamos, indica la vida. La visión está regida principalmente por el elemento fuego.

– Sigue el olfato y se activan aún más nuestro instinto primitivo y animal. Gracias a él reaccionamos ante olores que nos atraen o generan rechazo (parte de la supervivencia). Es el único sentido con el que nacemos ya desarrollado. Regido por elementos tales como el aire, agua y éter.

– Luego se genera el (con)tacto de nuestro cuerpo y el alimento, nuestras neuronas receptoras se “activan” y comenzamos a recibir la información de la tierra. ¡Y si estamos descalzxs más aún! El contacto está gobernado por la tierra y el agua.

– El sonido envuelve todas las experiencias y nos permite ubicarnos en el espacio donde nos encontramos. El sonido se guía con el aire y el éter.

– Y por último, el gusto. Saborear. Se activan nuestras papilas gustativas y finalmente se genera la explosión sensorial. Todo culmina con el gusto. Regido principalmente por el agua, la tierra, y el fuego. Pero en definitiva, une los 5 elementos.

Y tú, ¿qué sientes? ¿Cómo es tu experiencia sensorial con los alimentos?